Una tarrina grande de queso Philadelphia.
Un cuarto de kilo de fresas
Tres cucharadas de azúcar
Un vaso de leche condensada.
Galletas de cereales
Un brick de nata para montar
Tres hojas de gelatina.
Ralladura y zumo de un limón
Cinco cucharadas de azúcar.
Cinco cucharadas de mantequilla fundida.
Elaboración
Comenzamos lavando y cortando las fresas en trocitos. Las ponemos en un recipiente junto con tres cucharadas de azúcar y el zumo de limón dejándolas macerar unas tres horas.
En un cuenco ponemos las galletas trituradas y le añadimos la mantequilla fundida, lo mezclamos hasta que queden integrados.
En otro recipiente mezclamos el queso Philadelphia con la mitad de la leche condensada y la ralladura de limón, lo batimos todo con la batidora.
Ponemos las hojas de gelatina en agua para hidratarlas.
Montamos la nata y la metemos en el frigorífico para que no se bajen.
En un cazo ponemos las cinco cucharadas de azúcar con el resto de la leche condensada, la ponemos a calentar y disolvemos las hojas de gelatina hidratadas.
Ahora mezclamos la nata montada con la crema de queso y leche condensada. Añadimos la gelatina disuelta y seguimos revolviendo.
Metemos al frigorífico y dejamos unas tres horas, no es necesario que coja mucha consistencia.
En copas, vamos montando el postre, ponemos en el fondo una capa de galleta, otra capa de crema de queso y otra de fresas. Luego pondremos una capa más de crema de queso y finalizamos con fresas o galleta, como deseemos.
María Dolores
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