- 2 cebollas.
- Una cucharada de piñones (opcional)
- Sal
- Una tacita de vino de jerez
- Aceite de oliva
Elaboración
La sangre se compra cocida, ya la venden así en las carnicerías.
Por un lado se trocea la sangre y se fríe a fuego lento con una espátula de madera para que no se rompan los cuadraditos troceados. Aparte también se corta la cebolla en aros no muy finos y los freímos.
Lo freímos aparte porque cada uno necesita diferente tiempo. Una vez frito se mezcla todo en una sartén, añadiendo la sal y el vino. Se deja freír durante otros diez minutos sin dejar de remover y podremos pasar a degustar este plato al que debe acompañar un buen tinto local.
María Dolores
Qué buena pinta tiene!
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